Por Luis Guillermo Román (Maho) Colectivo Esperanza Revolucionaria, ECUADOR.
En alguna ocasión me pregunté: ¿Cuál es la imagen más profunda que ha construido mi ser sobre Fidel?
Deliberé, por un momento, y respondí: Fidel es para mí “El balcón de los sueños”. Inmediatamente, conecte un cúmulo de imágenes que detallan, a breves rasgos, una metáfora “film figurativa” de un extenuante análisis de frases y discursos, que denotan lo alto que puede llegar a subir un ser humano cuando deja de pensar en sí mismo.
El balcón es balcón por el hecho de necesitar cimientos y techado, de necesitar una estructura que lo sostenga, pero sobre todo después de ser construido tener alguien a quien cubrir. ¿Pudo ser Fidel, en su momento, el balcón enorme con estructura sólida -apoyo popular- y de fuertes cimientos -convicción ideológica- para cubrir una sociedad atropellada por la deshumanización y el despojo?
La respuesta es sí. Y, claro que lo era, Fidel visionó una sociedad del tamaño de sus sueños, tan inalcanzables como la altura de los cielos y, además, traslado las ciencias sociales y económicas al campo de las ciencias de la vida, aquellas que construyen humanidad, sociedad y apasionamiento por el quehacer político como virtud de solución y búsqueda de la verdad; mas no una vergüenza que enajena , que usufructúa y que excluye. Estas ciencias no hablan de cifras económicas o de tácticas militares, son las que hablan de un “proyecto soberano y solidario de sociedad”.
Es innegable la ruptura generada en el modelo de “desarrollo” y “progreso” que sigue gobernando el mundo y, sin lugar a dudas, aquella “ruptura” lleva nombre de Fidel y el apellido de la revolución cubana.
Nombres y apellidos que lograron absolverse en la historia de la humanidad.
Fidel tuvo sueños con figura de pajaritos que tenían las alas de libertad, con color de solidaridad, con canto de igualdad y vuelo de esperanza. Aquellos sueños desplegaban su vuelo día a día, desde el balcón de su ventana, recorriendo todos los balcones de Latinoamérica con una rama en su pico adornada de caña fresca y lo más bendito que el hombre debe poseer para ser enteramente libre “educación“.
También construyo innumerables puentes de vinculación con la “república cubana del norte”, que tiene su capital en California y cuyo “Producto Interno Bruto” es financiado por sus anfitriones, aquella “república” que jamás entendió nada y vendió todo, incluso su propia conciencia.
Fidel dejo sueños en forma de pajarillos que revolotean por el espacio bajo la sonata de revolución y cantando la línea de los siguientes versos:
Revolución es
“Sentido del momento histórico, cambiar todo lo que debe ser cambiado, igualdad y libertad plena, ser tratado y tratar a los demás como seres humanos, emanciparnos por nosotros mismos y nuestros propios esfuerzos, desafiar poderosas fuerzas dominantes dentro y fuera del ámbito social y nacional, defender valores en los que se cree al precio de cualquier sacrificio, modestia, desinterés, altruismo , solidaridad y heroísmo, no mentir jamás ni violar principios éticos, convicción profunda de que o existe fuerza capaz de aplastar la fuerza de la verdad y las ideas,unidad,independencia y sobre todo luchar por los sueños de justicia para cuba y para el mundo, que son la base de nuestro patriotismo, nuestro socialismo y nuestro internacionalismo”.
Fidel no deliberaba mucho en asuntos sin sentido, en vanos pensamientos, fue y será un gran amante de la vida y, los que se ocupan de ello, pasan por el mundo como indispensables y nobles, pasan como los grandes vivientes que nunca morirán, pasan como el agua que nunca termina y el oxígeno que no lo vemos, pero sabemos que está allí y que jamás desaparece.
Fidel el balcón de los sueños al que todos necesitamos subir, al que todos debemos mirar, pero sobre todo al que todos necesitamos construir en nuestras casas.
Para todos la luz, para todos todo!