El derecho a la comunicación en Abya Yala: reflexiones y apuntes sobre un proceso de larga data

Por: Leonarda De La Ossa Arias. Laboratorio Libertad Autonomía Audiovisual

El día 29 de junio del año 1996, comunicadores de pueblos originarios de todo el Abya Yala se reunieronen Cochabamba Bolivia y escribían una declaración que llamaron por “La devolución de la imagen”. Veintidos años después es un gran aporte para tener en cuenta que el debate por el derecho a la comunicación no es un invento de ahora. En especial cuando situar la comunicación en el marco de las luchas por los
bienes naturales, viene siendo una pauta de los pueblos originarios, por lo menos y con mucha fuerza desde 1992, cuando al conmemorarse los 500 años del  (des)encuentro de mundos se posiciona y empezan simbólicamente a devolver los espejos.

Es por eso que la declaración de Cochabamba es tan importante, al constituirse como antecedente en el marco de las exigencias por “La devolución de la imagen”, el derecho a la imagen y sobretodo por posicionar a la comunicación en un campo de disputa político“(…) nosotros los Pueblos Indígenas hemos sufrido el robo de nuestro «espíritu personal y comunal» mediante el uso de fotografías y cámaras audiovisuales (cine-video) que transportan nuestra imagen a otro espacio”. Nuestras vidas, nuestra historia, nuestros personajes, nuestro paisaje, nuestrosríos, nuestras montañas, que son además parte de nuestro legado, han servido de fuente para que algunosconsiguieran riquezas y prestigio.

Los Pueblos Indígenas exigen de los diferentes países del mundo, representados
por sus gobiernos, instituciones y organizaciones, la DEVOLUCIÓN de nuestra imagen, “(…)la devolución de la representación de nuestro espíritu reflejado en películasy videos’ “señala la declaración.

Y la exigencia está absolutamente vigente 22 años después, donde si hacemos un mapeo rápido de experiencias decomunicación, ya sean libres, comunitarias, autónomas propias o como se llamen, son innumerables las experiencias que se reivindican desde distintos lugares como asumiendo un derecho, donde “romper el cerco comunicacional” aparece insistentemente. Y sin duda alguna el hecho de reivindicar desde una matriz absolutamente distinta, imposibilita definir que hay un
representante de este tipo de medios, que hacen emerger distintas formas de reivindicar en la práctica el uso del espectro electromagnético y la defensa del aire como un bien común, y por lo tanto la “propiedad privada” y su sentir.

Asumir una representación o decir que este tipo de medios surgieron con una persona u organización, va en contravía del espìritu libre de la comunicación
misma como estrategia y derecho, tal como viene siendo planteado en estos debates que son de larga data. Gustavo Gómez de la Asociación Mundial de Radios
Comunitarias (AMARC) señalaba en un parlamento de comunicación por el derecho a la comunicación de los Pueblos originarios en Santiago de Chile: “La libertad de expresión ya no está sólo en el marco de los medios de comunicación sino que va más allá, este derecho debe incluir el de fundar los medios de comunicación, no sólo
con el derecho a cambiar, incluye el derecho a fundarlos y en particular aquellos electrónicos que usan el espectro”.

El convenio 169 de la OIT y la declaración de las Naciones Unidas sobre los Pueblos Indígenas recomiendan el acceso a medios de comunicación que permitan defender
y promover sus culturas, no es una lucha sólo de los Pueblos originarios sino de toda la sociedad que tiene derecho a tener acceso a los medios de comunicación. Paradójicamente, en la agenda pública de la mayoría de los países de la región tienen la discusión sobre la reconceptualización de la libertad de expresión, el papel del Estado y del mercado en estos temas. La información y la comunicación no pueden ser consideradas un aspecto técnico, ni tampoco un tema de mercancía y comercio y
lucro y por tanto de empresarios. Se ha trasladado a un tema de derechos.

Un caso particular y preocupante tiene a ver con el pueblo Mapuche en Ngulumapu como hoy conocemos Chile, porque la representación de lo Mapuche en los medios de comunicación como sinónimo de terrorismo y conflicto es uno de los factores que imposibilitan la creación de un nuevo marco constitucional que por ejemplo les garantice la comunicación como un derecho. Vale la pena tener en cuenta que la constitución política que hoy en día rige al Estado chileno es la que construyó en vida en ex dictador Augusto Pinochet.

Para terminar, cabe anotar que las reflexiones surgidasen muchos espacios de comunicación, principalmente  en los espacios que viene por ejemplo propiciando la
Coordinadora Latinoamèricana de Cine y Comunicación de los Pueblos Originarios – CLACPI, así como diversos movimientos sociales, siguen aún vigentes; las exigencias
y la lectura de contexto no mudan, en tanto las condiciones siguen siendo las mismas. Considero por eso importante compartir cuáles fueron y el por qué siguen vigentes estas posturas y lectura de contexto hoy en día:

● Aún cuando existen leyes sancionadas hace falta un trabajo muy grande en la implementación. Muchos medios que cuentan con licencias no pueden operar por
dificultades económicas y sociales (amenazas, represalias, criminalización).
● Sigue intacta y latente la criminalización de comunicadores y comunicadoras indígenas y comunitarios. Tal como se constata en las relatorías de distintos organismos.

● Ninguna ley es válida sino existe reserva de espectro.

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