Entrevista: Lucia Ixchíu defensora de la Vida

Entrevista por: Somos Abya Yala

Resumen de vida Lucia Ixchíu:

Indígena maya K´iche, feminista diversa, activista de derechos humanos, artista, gestora cultura y periodista comunitaria. Lucía nació en Totonicapán, Guatemala, en 1990. Se hizo activista y periodista por la masacre del 4 de octubre del 2012 en la cumbre de Alaska, masacre que el ejército de Guatemala cometió contra el pueblo indígena de Totonicapán. También formó parte del movimiento estudiantil desde el 2012 donde le tocó vivir de cerca y acompañar un proceso de criminalización y prisión política, fue representante del Consejo Superior Universitario, del 2014 al 2016, de la Universidad de San Carlos de Guatemala; apoyó el proceso de democratización de la Asociación de Estudiantes Universitario “Oliverio Castañeda de León” del 2012 al 2017, parte de Usac Es Pueblo. Lucía es cofundadora de Festivales Solidarios, radialista y parte del noticiero indígena Maya K’at de la federación guatemalteca de escuelas radiofónicas, para de la red Somos Una Abya Yala, Latinoamérica Romper el cerco, La internacional Feminista y el Encuentro feminista diverso ELLA.

¿Por qué está luchando Lucía?

L: Lucho porque mi familia eso me enseñó, lucho por que  mis abuelas, con miles de despojos sobre sus cuerpos y sus vidas, nos enseñaron a no rendirnos, a vivir con dignidad. Lucho porque creo firmemente que tenernos el derechos a vivir de paz y decidir qué queremos que suceda en nuestros territorios; lucho por que el agua es un ser vivo sujeto de derechos y debe de fluir y seguir su curso; lucho por la libertad de los pueblos, las mujeres y nuestro derechos a decidir; lucho por que vengo de uno de los países más desiguales del mundo de Latinoamérica; lucho porque en mi país hubo genocidio y hay mucha ignorancia y pobreza decretada por los gobiernos; lucho por la memoria de nuestras historias recientes y lucho por descolonizarme yo, mis acciones, mi cuerpo y sobre todo mi pensamiento, para poder luchar desde otro lugar que no sea el sufrimiento o el sacrificio impuesto desde la colonia y la guerra.

¿Qué te motivo a organizarte y luchar por defender la vida contra todas las formas de opresión?

L: En casa me enseñaron desde niña que en mi país hubo genocidio y una guerra, tuve acceso a la información, pero me mantuve aparte y un poco indiferente de mi entorno hasta mis 21 años, fue hasta la masacre del 4 de octubre del 2012 que llegó mi toma de conciencia de poder dimensionar lo que representar ser una persona indígena en mi país que es estructuralmente racista.

Descubrí que podía escribir, tenía miedo y pánico, hasta vergüenza, descubrí que tenía mi propia voz y ya no hubo vuelta atrás. Después, me vino ese mismo año el huracán de la prisión política encima y sin duda este proceso marcó mi vida para siempre, sentí mucho dolor y junto a Kristian, Kanek, Mario y Carlos montamos por primera vez una campaña de prisión política y no sabíamos que estábamos abriendo un camino que nos iba a tocar recorrer durante 7 años ya. Me motiva la verdad y la esperanza, pues yo creo que sí podemos cambiar estas realidades impuestas como pueblos organizados. Me motiva e inspira el trabajo desde el arte que sin duda ha sido un bálsamo para todas las heridas de este sistema de despojo extractivista.

¿Cuáles son tus principales luchas?

L: Bueno, principalmente, las luchas desde nosotras las mujeres diversas, indígenas, pues. Luchar para nosotras es sin duda mucho más complicado que para los compañeros que asumen su identidad como hombres, en este sistema que no sólo es capitalista y extractivista, sino que también despoja los cuerpos de nosotras las mujeres y eso pasa en todas partes del mundo. Por eso, sin duda, una de las partes más fundamentales de mi lucha es ésta, lucha por recuperar espacios desde nosotras, pues lamentablemente sea de derecha o izquierda las mujeres siempre vamos a tener que lidiar con el machismo descarado o, en algunos casos, solapado por las luchas donde estemos.

Otra razón fundamental de esta lucha por la vida, sin duda, es la biodiversidad. La humanidad no es el centro ni del mundo y mucho menos del universo, somos parte de todo, del ciclo y la red de la vida. Como dice mi maestra Carmen Álvarez, no podemos luchar por la vida si no luchamos desde la biodiversidad, lucho por el agua, por el territorio, porque es lo que me corresponde, es por el sentido común, sólo tenemos una casa y hay que defenderla.

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