Resistencia desde el arte en el territorio guatemalteco

Guatemala es un país con una extensión territorial de 108.888 kilómetros cuadrados, dividido en 22 departamentos, sus principales grupos étnicos son: Mayas, Garífunas, Xincas y Ladinos, con una población estimada en más de 19 millones de personas hablantes de 24 idiomas. Datos que dan cuenta de la riqueza y diversidad cultural que presenta el territorio.

Su historia está marcada por un sinnúmero de vejámenes que ha sufrido la población, especialmente los pueblos originarios, que van desde la invisibilización hasta el despojo de tierras y genocidio. Principalmente, por la búsqueda incansable de un sector poblacional específico de enriquecerse, a través de proyectos extractivistas y de explotación de bienes naturales. En la actualidad, el territorio cuenta con 127 licencias para la implementación de estos mega proyectos y se desglosan así: 84 ya en operación, 29 en proyecto, 12 en construcción y solamente 2 cancelados. Dichas actividades generan: desplazamiento, esterilidad de la tierra, lluvia ácida y enfermedades que vulneran la integridad de los pobladores. 

A raíz de esto, diversas comunidades se han organizado para hacerle frente a estas actividades, defendiendo el territorio en el cual convergen. Siendo El Estor Izabal, Copalaa la Esperanza, San Juan Sacatepéquez y La Puya las resistencias que más auge han alcanzado, sin embargo, son sólo algunos de tantos procesos que se han emprendido en la lucha por la recuperación y defensa de los territorios.

Cabe resaltar que todos estos procesos se han gestado de manera pacífica desde las comunidades y con un alto contenido artístico, echando mano de diversas ramas del arte para fortalecer el vínculo con la tierra y la sociedad. Se concibe, entonces, el arte y la lúdica como herramientas sensibilizadoras, libertadoras y transformadoras, que han representado una fuerza evidente dentro de las luchas comunitarias. Ejemplo de esto es el surgimiento de agrupaciones artísticas que denuncian los atropellos y desigualdades que se viven en estos contextos, al mismo tiempo que reivindican la vida, como: los Francos (música) y los Astros (Zancos) de Copalaa, Las cuerdas de la resistencia de la Puya y Festivales Solidarios, que es una plataforma diversa donde se aglutina a diferentes organizaciones, grupos y artistas independientes, articulando montajes artísticos que contienen un alto índice de memoria histórica, denuncia y alegría, armonizando así las energías y vibraciones con la madre tierra y con nuestros abuelos y abuelas.

Fuente: Daniel Marroquín (Festivales Solidarios) 

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