Los Derechos Humanos en mi vida en Cuba.

Por: Yasmira Marisol Calderón Ibargollín*

Es un honor para mí compartir esta tarde con todos ustedes, especialmente para hablar de Derechos Humanos. Este año es el 70º aniversario de la Declaración Universal de Derechos Humanos y coincidentemente el 40º aniversario del Programa de Becas Hubert H. Humphrey. Gracias por esta invitación. Quiero comenzar con esta cita del exvicepresidente de EE. UU. Hubert H Humphrey que plantea:

“Es demasiado fácil para una sociedad medirse a partir de algún principio filosófico abstracto o lema político. Sin embargo,  al final, la pregunta que debe permanecer es: “¿Qué tipo de vida está brindando una sociedad a las personas que viven en ella?”

Esta pregunta me ha acompañado durante toda la preparación de esta presentación. La primera vez que escuché sobre este evento, organizado por GLUNA, inmediatamente quise participar a pesar de que los Derechos Humanos no es mi campo de especialización. Sentí que necesitaba involucrarme, aunque en ese momento no sabía por qué.

Permítanme contarles un poco sobre la historia de mi vida y así, tal vez juntos/as lleguemos a la, o las respuestas. Crecí en una ciudadela extremadamente pequeña y muy pobre; un pequeño cuarto que amenazaba con colapsar en cualquier momento debido a sus graves problemas de construcción. Vivía allí con mi encantadora madre. Quien me dio a luz a los 41 años a pesar de sus graves problemas de salud y después de la terrible frustración de algunos abortos espontáneos.

Hagamos una pausa en la historia, pues quiero mostrarles dos resultados cumbre del Sistema de Salud cubano que afortunadamente permitieron, contra todo pronóstico, que yo naciera:

  • Cuba tiene la tasa de mortalidad infantil más baja de América: 4,4 muertes / 1.000 nacidos vivos Cuba.
  • Es el cuarto país latinoamericano con menor tasa de mortalidad materna: 39 muertes / 100.000 nacidos vivos (2015).

Entonces, continuemos con mi historia. A pesar de nuestra pobreza, éramos muy felices. A pesar de su 8vo grado de escolaridad, mi madre me apoyaba en mis estudios y en cuanto sueño yo me aventuraba. A los 13 años estudiaba y en mi tiempo libre comencé trabajar como manicura y pedicura a domicilio, así lo hice sostenidamente hasta terminar la carrera de Psicología a los 22 años.

Les mostraré otros datos interesantes sobre Cuba que han sido vitales en mi vida hasta el día de hoy:

  • En Cuba, todos los niveles educativos, incluso el de posdoctorado, son gratuitos.
  • Nuestro nivel de alfabetización es del 99,8%. Cuba es el número 10 entre los países con mayor porcentaje. Tomado de: Libro de datos mundial de la CIA.
  • Las escuelas especializadas como deporte, arte, cine, entre otras, son gratuitas.
  • Todos los libros y materiales impresos necesarios para la docencia también son libre de costo.

Fue así que pudimos sobrevivir a la extrema pobreza en que vivíamos.  O sea, bajo la combinación de: las condiciones del sistema educativo cubano, mi trabajo informal  y un apoyo financiero mínimo así como de  de medicamentos gratuitos, que recibía mi mamá del gobierno, como parte del Programa de Seguridad Social.

Como podemos apreciar, al menos en mi experiencia puedo decir que el gobierno cubano cumplía con el artículo  25 (1) de la Declaración Universal de Derechos Humanos “Toda persona tiene derecho a … seguridad en caso de desempleo, enfermedad, discapacidad, viudez, vejez u otra falta de sustento en circunstancias ajenas a su voluntad”.

Con el tiempo, la salud de mi madre se fue deteriorando. De 1998 a 2005, era hospitalizada al menos 4 veces cada año. Desafortunadamente, yo también fui sometida a varias intervenciones quirúrgicas, incluida una cesárea para tener a mi bebé.

Cabe destacar en este punto, algunos resultados significativos de nuestro sistema de atención médica con respecto a la infancia:

  • Un embarazo saludable y sin problemas implica al menos 12 visitas prenatales y una serie de pruebas de laboratorio y exámenes de detección regulares; los ultrasonidos están incluidos. (Revista MEDICC, junio de 2005)
  • Las ausencias justificadas al trabajo para las visitas prenatales son remuneradas y están recogidas en la ley, al igual que una licencia de maternidad o paternidad extensa. (Revista MEDICC, junio de 2005)
  • El 98% de los niños menores de dos años reciben todas las dosis de vacunación completas. (Ministerio de Salud Pública, La Habana 2004) ü
  • Cuba vacuna a todos los niños contra 13 enfermedades. (Ministerio de Salud Pública, La Habana 2004)

Ahora pregunto:

¿Seríamos mi madre y yo la excepción en Cuba entre una población de 12 millones?

¿Cuál hubiera sido nuestra historia o nuestro destino si hubiésemos tenido que pagar por todos estos servicios que les he mencionado? Estoy segura de que no es solo nuestra historia. De hecho, Cuba tiene diferentes Programas de salud dirigidos a distintas patologías, con un énfasis marcado en la prevención.  Todos ellos son gratuitos, beneficiando a cubanos y cubanas sin distinción alguna.

A continuación les muestro algunos de ellos:

  • La Unidad Nacional de Control del Cáncer (UNCC) que realiza: acciones de prevención, investigaciones, comparte conocimientos, y elabora tratamientos, tales como: vacunas y medicamentos más efectivos y menos tóxicos.
  • Cuba se encuentra entre los líderes mundiales en inmunización infantil en una amplia gama de enfermedades.
  • La OMS validó la eliminación de la transmisión materno- infantil del VIH y la sífilis en Cuba.
  • El Centro de Inmunología Molecular (CIM) creó el medicamento contra el cáncer nimutuzumab.

Si leemos nuevamente el artículo 25 de la Declaración Universal de Derechos Humanos antes mencionado, podemos concluir que Cuba trata de abordarlo de la mejor manera posible: “Toda persona tiene derecho a un nivel de vida adecuado para la salud y el bienestar de sí mismo y de su familia, incluida la alimentación, la ropa, la vivienda y la atención médica y los servicios sociales necesarios,… “. Sin embargo, todos estos logros de los sistemas de educación y salud, no han existido sin un costo para nuestra población. He aquí algunos ejemplos citados en pocas palabras:

  • Salarios bajos contra el costo de la vida cada vez más alto.
  • Carencia de comida, vivienda, transporte, ropa, etc.

Concretamente, en el ámbito de la salud, citamos una muestra entre tantas dolencias:

  • Problemas con las condiciones laborales en las instituciones de salud.
  • Precariedad en el instrumental e insumos médicos necesarios, así como una gama nada despreciable de  medicamentos. Carencia que en parte, resulta ser uno de los impactos más crudos  del bloqueo económico y comercial que Estados Unidos ha impuesto a Cuba por más de 60 años.
  • Falta del número adecuado de médicos en el sistema primario de salud
  • Deserción de médicos que van a misiones sanitarias internacionales
  • Personal de salud abrumado

Ante esta realidad totalmente matizada pregunto, ¿qué podemos hacer? ¿Tenemos algún tipo de solución?

Creo que el sector privado en Cuba podría ser una entre las alternativas de solución que pudiéramos avizorar. Esta es la razón por la que estoy aquí como becaria Humphrey, para indagar cómo puedo trabajar y apoyar el crecimiento de nuestro sector privado. Durante mi estadía aquí en los Estados Unidos, he acumulado más preguntas que respuestas. Sin embargo, creo que son un buen punto de partida para avanzar hacia el dibujo de escenarios más esperanzadores.  Les comparto algunas de ellas:

  • ¿Cómo pueden los sectores público y privado compartir el poder con transparencia, entendimiento mutuo, comunicación y trabajando juntos como aliados?
  • ¿Cómo puede el gobierno impulsar a nuestro nuevo sector privado a ser protagonista del mejoramiento de la economía cubana?
  • ¿Cómo podemos demostrar que la mejor idea es mantener un sistema público de escuelas y hospitales donde todos apoyen su mejora y se beneficien de ellos al mismo tiempo? En lugar de crear un sistema dividido de escuelas y hospitales públicos y privados que puedan brindar servicios de manera desigual.
  • Después de tanta escasez material, ¿cómo podemos crear una conciencia social en el sector privado que valore perseguir no solo mayores ganancias sino también contribuir a incrementar la calidad de vida de nuestra población?

Como sociedad tenemos importantes logros relacionados con los Derechos Humanos y muchos retos que afrontar que hoy son causas de desánimo, frustración y en ocasiones sentimientos de injusticia en nuestra población. Por ello es tan difícil responder en blanco o negro a la pregunta de Hubert H. Humphrey nos ha dejado como legado: “¿Qué tipo de vida está brindando una sociedad a las personas que viven en ella?”

Mientras escribía esta ponencia iba revelándose ante mí la respuesta a la incógnita inicial: ¿por qué finalmente decidí hacer esta presentación?

Me di cuenta de que esta es mi forma modesta de agradecer a mis médicos, enfermeras, profesores y a mi gente. Si han escuchado atentamente estos fragmentos de mi historia de vida, tengo una última pregunta para ustedes:

¿Creen que hubiera sido posible para mí, estar aquí en los EE. UU.; hablar a ustedes como becaria Humphrey Fellow, sin haber recibido el apoyo incondicional de este tipo de personas que valoran los derechos humanos y que en nombre de estos, están dispuestas a quedarse en mi país y trabajar por ellos?

* Presentación en el evento auspiciado por Greater Lansing United Nation Association en el marco del 70 aniversario de la Declaración Universal de los Derechos Humanos (1)December 2, 2018. Lugar: East Lansing, Michigan. United States of America. / Humphrey fellow 2018-2019 Coordinadora Programa Educativo /Centro Loyola Reina, Cuba

Nota de la Autora: Tengan en cuenta que esta ponencia es de 2018. Afortunadamente, el gobierno está trabajando en algunas de las preguntas anteriores sobre posibles soluciones; no sin muchas cosas que arreglar todavía. En mi caso, regresé a Cuba y estoy trabajando a través de la educación para empoderar a personas en situación de vulnerabilidad, que puedan abrazar el emprendimiento como un estilo de vida y una forma de lograr un mejor bienestar individual y colectivo.

La Habana, 31 de marzo de 2021.

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