Declaración por la vida de la delegación “Defensoras de la Tierra” ante el fracaso de la COP26 en Glasgow

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Declaración por la vida de la delegación “Defensoras de la Tierra” ante el fracaso de la COP26 en Glasgow La Conferencia de Cambio Climático COP26 resultó ser la cumbre con mayores expectativas y menores resultados en la historia de las COPs. Con lo negociado en esta COP nos dirigimos hacia un mundo de 2.4°C, un mundo de exterminio, Mientras los gobiernos negocian con las corporaciones la continuidad del saqueo de nuestros territorios, el tiempo corre y los cambios estructurales que necesitamos para frenar la catástrofe climática y civilizatoria fueron postergados una vez más.

No se solucionan los problemas del dinero con dinero, ni con las soluciones impuestas por los responsables de la crisis. Esos responsables tienen nombre y apellido: los países ricos del Norte Global que con su modo de vida han producido el 92% de las emisiones históricas de GEI, así como algunos gobiernos del Sur que buscan seguir con este modelo extractivista de exterminio; el 10% más rico responsable del 50% de las emisiones de Gases de Efecto Invernadero desde 1990, y más aún, el 1% que contamina más del doble que el 50% más pobre; las grandes industrias de combustibles fósiles que han producido 71% de las emisiones de CO2 desde la Revolución Industrial; las grandes milicias que son las mayores consumidoras de petróleo en el mundo y más contaminantes que países enteros; la agroindustria, entre algunos otros. En esta COP los países ricos se negaron a aceptar su responsabilidad diferenciada y los lobbistas de la industria fósil excedían la delegación de cualquier gobierno. Uno de los resultados de esto: la alianza entre Estados Unidos, China y la Unión Europea impidió que siquiera se mencionara la urgencia de frenar (no reducir) los combustibles fósiles.

México, más allá de ofrecer tequilas si la cumbre terminaba a tiempo, hizo un silencio sórdido mientras el Gobierno Federal propone seguir la exploración y explotación de petróleo y minería. Mientras, los territorios de los pueblos indígenas que defienden la biodiversidad restante en el planeta siguen siendo destruidos por un modelo extractivista que pone al dinero por encima de la vida. Los territorios de los pueblos indígenas continúan bajo la amenaza de megaproyectos, termoeléctricas, hidroeléctricas, gasoductos, minería y también de sus supuestas soluciones a la crisis climática. En nuestros territorios la crisis climática tiene nombre y apellido: es el extractivismo y el colonialismo, son las empresas y los gobiernos que nos amenazan.

Mientras las COP se dan el lujo de postergar las decisiones urgentes, los y las defensoras de la tierra siguen siendo asesinadas, perseguidas y desaparecidas por gobiernos, corporaciones y narcotráfico. Como Irma Galindo, mujer Ñuu Savi defensora del bosque y del futuro quién desapareció en vísperas de la COP26. Exigimos su aparición con vida, exigimos el cese al genocidio y ecocidio que seguimos viviendo en territorios indígenas. Exigimos justicia para nuestro hermano Samir Flores Soberanes, asesinado por resistir ante el Proyecto Integral Morelos, uno de los proyectos de muerte impulsado por el actual gobierno mexicano, a los que se suman el mal llamado Tren Maya y el Tren Transístmico. Exigimos alto a los ataques contra comunidades zapatistas. Exigimos justicia para el pueblo Maya Q’eqchi que está viviendo militarización en Guatemala y para la comunidad Chinebal que ha sufrido un desalojo violento en donde roban tierras ancestrales y quemaron las casas de más de 90 familias para favorecer empresas y monocultivos de palma aceitera. Mientras los ejércitos ocupan nuestros territorios y los decretos legitiman el ecocidio y genocidio “por el bien de la nación”, nosotras exigimos alto a los megaproyectos de muerte.

Pero, ¿qué nos hace creer que las soluciones vendrán de aquellos que han causado la crisis? Viajamos desde muy lejos y desde otros tiempos para advertir: el cambio que necesitamos solo vendrá desde abajo, desde los pueblos organizados que están cerquita de la tierra. Aquellos reunidos para tomar decisiones en la COP se niegan a ver a los pueblos que defienden la tierra como soluciones vivas a la crisis climática.

El ejemplo del neocolonialismo es la misma COP que es una estructura que legitima la continuidad de este esquema de violencia, despojo y muerte con sus propuestas basadas en el mercado que convierten a nuestros territorios protegidos en zonas de sacrificio, que permiten seguir perpetuando los privilegios de unos cuantos. Sus “soluciones” son nuestros problemas, sus programas de reforestación (como “Sembrando Vida”) están acabando con la articulación comunitaria, con la siembra de la milpa, están cambiando los sitios destinados a la siembra, alterando el manejo de los territorios y desarticulando los saberes.

El problema no es solo el bla, bla, bla de los políticos, sino el bang, bang, bang del Greenwashing que seguirá exterminando nuestras vidas y territorios. No necesitamos “cero neto” (net zero), necesitamos cero extractivismo. Rechazamos un estilo de vida impuesto por los países del norte global, optamos por nuestras propias formas de vivir honrando a nuestros ancestros y ancestras quienes han cuidado y defendido nuestros territorios. El futuro no se negocia, el futuro lo defendemos quienes nos levantamos por la Madre Tierra.

Las soluciones vivas están por todos lados, lejos de la COP y el capitalismo verde, desde los fríos árticos del Yukón, pasando por las Islas del Pacífico, se viven en la selva viviente del Amazonas y en los distintos biomas de Brasil y en cada rincón de Abya Yala, en la organización y la autonomía, en el manejo colectivo del bosque, en la sanación comunitaria, incluso en las calles de las ciudades europeas, de mano de los obreros y los colectivos de juventudes organizadas que denuncian, sin miedo, a este sistema económico de destrucción.

Desde la delegación “Defensoras de la Tierra” declaramos que aún hay esperanza y es la que se teje desde los territorios, nombrando a los responsables y colectivizando las luchas. Existe esperanza porque nuestras abuelas nos guían en este camino, existe cuando nos encontramos con otras mujeres y nuestra memoria es el siguiente paso, existe cuando unimos nuestras intenciones desde diferentes territorios y alzamos la voz fuerte. Desde la indignación, el dolor transmutado en alegría y unidad ¡Aquí estamos! Y cantaremos, bailaremos y seguiremos luchando, porque seguiremos sembrando desde la voz de la tierra hasta las estrellas.

Para seguir sembrando esperanza desde Defensoras de la Tierra

CONVOCAMOS:

Al encuentro #DefendamosLaVida, para organizarnos desde abajo y encontrarnos entre pueblos que defienden la vida y el territorio, con movimientos y juventudes que luchan por la justicia climática. – Esperen pronto más noticias – ¡Porque somos soluciones vivas a la crisis climática, nos organizamos!

EXIGIMOS:

¡Aparición inmediata con vida de Irma Galindo!

¡Justicia para Samir Flores Soberanes!

¡Alto al Proyecto Integral Morelos!

¡Alto a los trenes ecocidas en el Istmo y en la Península de Yucatán!

¡Alto a los proyectos mineros en Morelos y en toda Mesoamérica!

¡Justicia para el Pueblo Maya Q’eqchi en el Estor, Izabal!

¡Alto al monocultivo, la vida son los bosques!

¡Nuestras vidas no se venden, se aman y se defienden!

Delegación “Defensoras de la Tierra”

Red Futuros Indígenas

Legaia

División Juvenil de Cambio Climático

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