Por Martha Inés Romero M.*
Las comunidades que resisten frente a los me- ga-proyectos se oponen a las hidroeléctricas o represas por sus impactos sociales y ambientales. Estos mega-proyectos van asociados a la vulnera- ción de varios derechos:
1) El derecho a la alimen-tación/soberanía alimentaria, porque las comunidades son obligadas a cambiar las dinámicas de agricultura y silvopastoriles, porque hay un patrón de desplazamiento de las comunidades con el argumento del “desarrollo” y de la “utilidad pública” (temas incluidos en el Plan Puebla-Panamá) y en estos casos de desplazamiento la compensación por sus tierras y otras pérdidas es mínima, si nonula;
2) El derecho de los pueblos indígenas a ser consultados según el Convenio 169 de la OIT; y
3) El derecho a un ambiente sano, por la pérdida de biodiversidad.Las represas generan efectos sísmicos por las grandes cantidades de tierra removida y de agua re- presada. Sabemos además que la energía hidráulica se obtiene del aprovechamiento de las energías de la corriente de agua. En tiempos de crisis ambiental, se ha evidenciado que en zonas de títulos mineros, esta agua alimenta los mega-proyectos mineros y no es la solución para la economía. Por úl- timo, es evidente la falta de equidad en la distribución de los beneficios, con muy pocas ventajas para los pobladores de las zonas de represa.
“Lejos de ser una energía verde, las represas tienen un fuerte impacto ambiental: constituyen una de las principales causas de pérdida de millones de hectáreas de bosques, muchas de ellas abandonadas bajo el agua y en descomposición. De ahí que todas las represas no emitan humo pero sí, grandes volúmenes de dióxido de carbono y de metano, los dos gases de efecto invernadero más importantes. El río también va arrastrando más sedimentos orgánicos al embalse aumentando materia orgánica en putrefacción. Por otra parte, las aguas estancadas de las represas pueden generar una multiplicidad de enfermedades de mayor o menor gravedad, principalmente gastrointestinales, plagas y moscos”.
Servicio Internacional para la Paz, SIPAZ
* Martha Inés Romero M., pertenece a Pax Christi Internacional, y también es integrante de la Comisión Construcción de Paz, No Violencia y Anti Militarización de la Alianza CONVIDA-20.