Por: Urucum – Somos Abya Yala
1. “Esta es la relación de cómo todo estaba en suspenso, todo en calma, en silencio (…). Solamente había inmovilidad y silencio en la oscuridad, en la noche. Sólo el Creador, el Formador, Tepeu, Gucumatz, los Progenitores, estaban en el agua rodeados de claridad (…). Llegó aquí entonces la palabra, vinieron juntos Tepeu y Gucumatz, en la oscuridad, en la noche, y hablaron entre sí Tepeu y Gucumatz. Hablaron, pues, consultando entre sí y meditando; se pusieron de acuerdo, juntaron sus palabras y su pensamiento. Entonces se manifestó con claridad, mientras meditaban, que cuando amaneciera debía aparecer el hombre.” Popol Vuh (Primera Parte, Capítulo Primero)
2. “Traían azagayas y algunos ovillos de algodón a rescatar, el cual trocaban aquí con algunos marineros por pedazos de vidrio, de tazas quebradas, y por pedazos de escudillas de barro. Algunos de ellos traían algunos pedazos de oro colgado en la nariz, el cual de buena gana daban por un cascabel de estos de pie de gavilán y por cuentecillas de vidrio: mas es tan poco, que no es nada: que es verdad que cualquiera poca cosa que se les dé, ellos también tenían a gran maravilla nuestra venida, y creían que éramos venidos del cielo.”Cristóbal Colón, 22 de octubre de 1492, según Fray Bartolomé de las Casas.
3. “Mientras para el colonizador, quien se asume además como el portador de la verdad absoluta, la Malinche representa la lógica aceptación de la luz civilizadora, para el colonizado, en cambio, ella no puede ser vista sino como el símbolo de la traición suprema.”CARMEN BOHÓRQUEZ en el libro La mujer indígena y la colonización de la erótica en América Latina (2022)
Tres citas para hilar esta provocación al problema heredado de la colonización mental y cómo abordarlo desde la potencia de la biodiversidad de nuestra Abya Yala y superar la larga noche de los 500 años que para la humanidad ha significado el eurocentrismo con la llegada de Colón en 1492 al Abya Yala (Las Américas y el Caribe) y que se extendió rápidamente al África y sus desastrosas implicaciones.
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Epistemológica y filosóficamente, con el sistema económico capitalista como vanguardia, esta idea y práctica basada en la violencia y la fuerza militar y política anglo-europea que se vio a sí misma como desarrollada, moderna y fin de la “humanidad” y que se impuso como verdad absoluta e incuestionable, hoy lleva a la China milenaria a enorgullecerse de que está construyendo su “propia modernidad” con esos mismos valores donde el antropocentrismo, el hombre como centro de las relaciones en el planeta y sus necesidades como consumidor inagotable e insaciable está destruyendo año a año miles de especies y sus biodiversidades. De ahí la importancia de poder responder con altura y desde un contexto de lucha y de descolonización mental.
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- Del Popol Vuh y las historias de origen de los pueblos.
Del Popol Vuh y, siendo atrevido, en todas las historias mayores de origen de la humanidad en el Abya Yala, el ser humano, en el devenir del planeta, llega de último al proceso “evolutivo”, no como lo quiere destacar la religión judía-cristiana-musulmana como “máxima creación de dios”, sino más bien como un subordinado, menos acabado que los ríos, las lagunas, los animales y los árboles y las plantas. En este orden, y todavía lo replican con fuerza los pueblos indígenas en regiones como la selva del Caquetá Amazónica, con la voz de Luz Mery Panche: “Los indios somos cuidanderos de la madre tierra, pacha mama y nos debemos a ella.” Las plantas de poder en el Abya Yala, por mencionar algunas como el Maíz, el Cacao, el Peyote, el Achiote, la Coca, la Piña, o la Ayahuasca, fueron entregadas en su sabiduría a los seres humanos a través de espíritus y seres mayores como el Jaguar, el Mico, la Guacamaya, el Loro, el Coyote, el Cuervo, el Cóndor o el Águila, el oso, y muchos otros.
Mientras tanto en la tradición de la modernidad anglo-europea y su religión la ciencia, que tomó ese mito de creación judeo-cristiano-musulmán, los animales y demás seres del planeta son relegados al consumo capitalista. Del europeo se introdujo al Abya Yala y el mundo esa dieta de sacrificio acelerado de los animales hasta degradarlos al máximo y acelerar hormonalmente su crecimiento, mientras que en las culturas de los pueblos, los animales salvajes y su conexión con la naturaleza, la forma de cuidar y conocer sus ecosistemas, sus formas de convivencia armónica con la biodiversidad son fundamentales. En el Capitalismo ni las plantas tienen un significado sagrado y el estado moderno es funcional a esa lógica en sus múltiples vertientes, incluidas las socialistas.
En 500 años, la habilidad del capitalismo de despojarnos de nuestra conexión natural con la vida ha sido bastante fuerte. De ahí que en cumbres como las de las Conferencias de las Partes (COP), la de Biodiversidad realizada en octubre de 2024 en Colombia y la que viene en Brasil en noviembre de 2025, generen tanta expectativa, sobre todo por las experiencias que traen consigo los pueblos indígenas, negros y campesinos del Abya Yala y de territorios como el Africa y el Asia que han logrado preservar ese orden natural de “cuidanderos” de la Hizca Waia, como decimos en idioma Muiska.
- Del Popol Vuh y las historias de origen de los pueblos.
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- Colón y la Colonización
De la cita de cómo Colón vio a nuestros pueblos como inferiores, resalta el origen del “complejo del salvador blanco”, propio de la mirada eurocéntrica y antropocéntrica que significó la modernidad europea como experiencia de despojo en el mundo y antesala y posterior profundización del capitalismo luego de 1492. Y claro que los pueblos del Abya Yala fueron generosos con el recién llegado, hasta que empezaron a ver sus prácticas deshumanizantes y de destrucción de la naturaleza, que también vio la mirada del invasor y su biodiversidad como “malsana”, “salvaje”, “perversa” y otros epítetos despreciables de lo desconocido. Las historias del Potosí, el Río de la Plata, del genocidio indigena y luego de la esclavización africana para la explotacion de la minería de oro, plata, cobre, luego las masacres de las caucherías y desde los ultimos 100 años la extracción del petróleo y el gas y litio y otros minerales, son soporte de esta matriz extractivista colonial.
Esta mirada sigue presente y, en tiempos modernos, ha sido parte de la triste historia de esclavización del “hombre blanco patriarcal” sobre el resto de la humanidad y con el capitalismo, de la naturaleza en la era del petróleo y la electricidad como muestra de la supremacía “mentirosamente evolutiva” del eurocentrismo. De las características de ese Colón de 1492 que viola la confianza de los pueblos, siguen las prácticas de las potencias del norte global con las comunidades locales con sus conocimientos, sus prácticas sagradas, subyugadas a regímenes de propiedad intelectual y otras prácticas de despojo material, espiritual y epistémico. Este es uno de los temas cruciales en la COP16 de Biodiversidad y clave en la discusión de COP30 de Cambio Climático a desarrollarse en noviembre del 2025 en Belem do Pará en Brasil.
- Colón y la Colonización
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- La Malinche y otras mentiras del colonizador.
La falsa idea de la Malinche como traidora de su pueblo, y de la superioridad del invasor europeo que se aprovechó en su astucia de las “divisiones” de las comunidades locales, cada vez con pruebas historiográficas más certeras, está siendo desmentida. De fondo, como lo demuestra Carmen Bohórquez, ese dominio de la Malinche, de la Mujer Indígena, es también el de la Naturaleza y su biodiversidad. El hombre blanco invasor y colonial es mejor “hombre”, más “macho” que el hombre indígena y, por supuesto, sabe mejores técnicas para el uso de la tierra, por ejemplo con la tecnología del norte global y del dominio de la naturaleza, pues puede sintetizar, por ejemplo, desde la medicina, la sabiduría de los pueblos o hacer de la agricultura agroindustria. Con la Malinche traidora de su pueblo y de sus saberes y con el colonizador como superior indiscutible, aceleradamente en la historia del capitalismo se ha puesto en riesgo como nunca la biodiersidad en el planeta.
Por su parte en el Abya Yala, la protección de la biodiversidad, de los saberes de los pueblos indígenas originarios, negros afroamericanos, campesinos en las selvas, campos y ciudades, es fundamental para un proceso de avance hacia la descolonización mental heredada de la imposición a sangre y fuego del capitalismo sobre el mundo. En cada idioma propio, forma de nombrar y entender las relaciones humanas como integradas a la totalidad, en las historias de los abuelos y abuelas como cuidanderos de la vida en el planeta, en cada animal salvaje protegido y sus ecosistemas y sus semillas presentes, las voces de los babalaos anunciando el porvenir ante el fracaso de la ciudad, símbolo de la civilización global en decadencia: “Güiro-o-o-o, Presten atención señoras, a esta linda inspiración. Presten atención señores, se presenta un cimarrón, tumbando a los invasores y a su Cristóbal Colón. Güiro-o-o. Despertando las conciencias. Trinando como un sinsonte. Ofreciendo resistencia. No hay opresión que no afronte. Porque soy un cimarrón y por eso me voy pa’l monte.” Cimarrón Robert L. Niño
- La Malinche y otras mentiras del colonizador.
Foto: Balsa Muiska en la hoy mal llamada Colombia