Chinelos un baile de resistencia.

Por: Lucia Ixchíu

La época de los Carnavales se inicia en el Abya Yala con la llegada de la primavera y con el cambio de estación que rigen los calendarios solares de las civilizaciones más antiguas que habitaron estos territorios multicolores y llenos de historias.

Los registros encontrados de esta danza tradicional datan desde finales de los 1800 en todo el territorio conocido hoy como el Estado de Morelos en México y se asocia a una forma de burla o parodia de los pueblos originarios, con respecto a los conquistadores (europeos) y también describen que la danza que es un tipo de brinco con las manos en el pecho es una “remembranza de los saltos de alegría de la tribu prehispánica tlahuica cuando halló su tierra prometida después de un largo peregrinaje.”[1], lo cual tiene sentido ya que, es una baile de alegría esperado por toda la población local y visitante que presencia esta fiesta de expresión popular y multicolor.

Compartimos fragmento del libro “Una aproximación al origen del Chinelo, su danza y música”[2], Don Brígido Santamaría Morales narra que: “en Tlayacapan por el año de 1867, según le platicaron su abuelo y sus tíos, así como de muchos viejitos del pueblo, hubo la costumbre de chiflar. En el pueblo no había fiesta para la gente pobre sino puro trabajar en calidad de esclavos, como gente inferior, el pueblo en esos tiempos no era libre, los hacendados y los españoles que trabajaban en las haciendas eran dueños de todo, y en las fiestas de carnaval, estos abusivos, se adueñaban de todo el pueblo para celebrar las llamadas carnestolendas, disfrazados a su modo, vestidos de pantalonera negra a la rodilla, medias blancas, chiquitines cortos llenos de borlas y colgajos, con falda roja, capa y boina a la torera o grandes chambergos con plumas esponjosas, y bailando “jotas aragonesas”, con antifaces en la cara, esto era andar los tres días del carnaval cantando y escandalizando en las calles con sus borracheras. Mientras el pueblo no hacía nada, sólo miraba, pero un día un grupo de muchachos y varones de edad adulta se reunieron en algunos lugares del pueblo y haciendo uso de su pensamiento en una gran discusión hablaron para buscar un juego, porque se aburrían mucho, pues eran jóvenes en la edad del “chincual”, de la inquietud, y los de mayor edad eran viejos alegres, por eso buscaban un juego en que todos se distrajeran en esos días que no tenían que ir a trabajar en los campos de las haciendas.”

El baile para los pueblos desde la época colonial, es una forma de resiliencia y se ha convertido en una forma de construir la re-existencia para bailar y celebrar la vida, en medio del dolor y de las violencias.

Este tipo de bailes son las génesis y la reinvención de los convites que se encuentran en toda la región mesoamericana.

[1] Relatos construidos de la tradición oral.

[2] “Una aproximación al origen del Chinelo, su danza y música” de Alejandro Ortiz Padilla/ Instituto de Cultura de Morelos, 2007

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